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"Agresivo thrash metal"

Tapa Agresivo Malicia.jpg

I. Contratacando: La Malicia está de vuelta.

“Hoy, mañana y como ayer, escupo una verdad”, frase con la que arranca el tema “Contratacando” del disco “El Fin de las Religiones” (2012), es una auténtica toma de postura que sintetiza mucha de la historia del metal argentino, pero particularmente de Malicia, quien luego de un breve, pero eterno interregno, está de nuevo entre nosotros para ofrecer más puro y rotundo thrash metal argentino. Los orígenes de Malicia nos remontan al segundo quinquenio de la década del 90’, época decididamente marcada por el dominio del thrash metal, al menos, en la Argentina. Si bien la apuesta de la escena local en la década del 80’, había estado marcada en favor de las bandas de heavy metal tradicional, sobre todo, con el empuje dado desde los medios especializados, la definitiva consolidación del thrash metal de la mano de grupos de la talla de Hermética, Horcas, Nepal y Lethal, también permitió la configuración de todo un circuito conformado por un sin número de bandas, medios afines y público en general, que se apropió del subgénero en cuestión como el auténtico heredero de la tradición inaugurada por V8 quince años atrás.

 

Así, a fines de los 90’, con la separación de las principales bandas, es decir, las formadas por los músicos de la primera generación, una nueva ola de metaleros influenciados por aquellos antecesores, recogen el guante que podemos sintetizar en el concepto “Luchando por el Metal”, ahora, resignificado en la agresiva velocidad del thrash metal, en el objetivo de seguir sosteniendo el metal en la Argentina. En ese contexto, que podemos definir como la tercera etapa de la historia del heavy metal argentino, nace Malicia, banda que, junto a otras contemporáneas de su tiempo, sin lugar a dudas, consiguió convertirse en referente de las banderas históricas del metal argentino, o sea, el renovado compromiso de seguir describiendo y denunciando las crudas realidades de la gente. Con una propuesta sólida, thrash metal logrado hasta el último detalle, con letras a la altura de los grandes exponentes de la escena, y, lo más importante, la evidente evolución y refinamiento profesional que caracterizó dicho recambio generacional de fines de milenio, Malicia cuenta en sus más de veinte años de trayectoria con una vasta y fructífera carrera que, a la fecha, pocas bandas pueden darse el lujo de ostentar.

 

Desde su debut discográfico, en el año 1999, con la publicación del disco “Malicia”, a la fecha, llevan editados siete discos de estudios -Malicia (1999), Mundo Mitómano (2001), Agresivo (2004), Raíces (2007), Conciencia (2008), El Fin de las Religiones (2012) y Neuromuerte (2016)-; un reciente DVD titulado Neurovivo (2020), que registra la presentación del 27 de mayo de 2018, en Roxy Live, en el marco de los festejos por los 22 años de la banda. A ello hay que sumarle las múltiples presentaciones y giras a lo largo y ancho de todo el país, todo siempre desde la autogestión y la independencia profesional, coherencia que Malicia enarbola como bandera de su identidad y los coloca en un lugar destacado en la historia del heavy metal argentino. En la actualidad, luego de un “eterno” parate de casi cuatro años, Malicia se encuentra no sólo preparando el regreso a las tablas, sino también produciendo nuevo material del cual seguramente en breve tendremos novedades. En resumen, el thrash metal argentino, el heavy metal argentino, recupera a uno de sus hijos más pródigos: Malicia está de vuelta y quiere romper cabezas, sabe cómo hacerlo, y nosotros, como ayudarlos.

 

Formación actual.

Maximiliano Escobar (voz, guitarra)

Pablo Maldonado (bajo).

Emiliano Pérez (guitarra)

Martín Marques (batería)

 

II. Agresivo: el disco que redefinió la conceptualización del mensaje.

Con motivo del 18° aniversario de su tercer disco de estudio, estamos hablando de “Agresivo” (2004), material producido originalmente de forma independiente, en esta oportunidad, nos referiremos a algunos aspectos de la línea discursiva del mismo que ameritan nuestro reconocimiento. Dicha placa, que representa un cambio cualitativo respecto a su antecesor, “Mundo Mitómano” (2001), toda vez que, desde lo técnico-compositivo regresa a bases similares del thrash metal observado en el debut discográfico, es decir, “Malicia” (1999), cuenta con doce canciones, de las cuales, la primera (“Tribus”), es un instrumental que prepara la atmosfera perfecta para el ataque que tendrá lugar en los cincuenta y seis minutos de duración del disco.

 

Ahora bien, es importante dejar en claro el personalismo que alcanzó Malicia en cuanto a su faz discursiva, característica no menor, ya que la búsqueda de una identidad propia es el objetivo principal de cualquier banda que se precie de tal, logro que pocas, a decir verdad, han podido alcanzar. En ese sentido, aquello que consignamos como “describir realidades”, idea resumida en la noción de “banderas históricas del metal argentina”, en el caso de Malicia, se observa en una clara redefinición de la perspectiva lirica teniente a conceptualizar el contenido que se desea transmitir. Dicho de otro modo, la “descripción de la realidad” se subsume en representaciones concretas dentro de un amplio espectro de posibilidades que no escapan por fuera de márgenes bien definidos que interpelan al receptor del mensaje de manera directa y sin matices. Otra característica que no podemos pasar por alto y que marcará muchos rasgos de la línea discursiva de “Agresivo” es el contexto en el cual se realiza el disco: los penosos años posteriores a las insurrecciones populares de los días 19 y 20 de diciembre de 2001, situación que acarrea la experiencia vivida durante la etapa del menemato.

 

En el sentido señalado, “Suburbio”, segundo tema y primero con letra, nos posiciona decididamente en el planeta tierra como una región periférica (suburbio) de un conjunto mayor que sería el resto de la galaxia en la cual habitamos. Se advierte un clima que invita a posicionarnos en un lugar de espectadores, no en el sentido pasivo de la expresión, sino como forma de adquirir conciencia de la realidad que vivimos los seres humanos. Sin embargo, la idea de “suburbio” en la línea discursiva se demuestra en el paralelismo con la existencia terrestre, cuyo orden mundial actual está regido por el imperialismo del Occidente capitalista, a pesar que el relato colonizado, habitualmente, quiera confundir con el “peligro rojo”. El único responsable del fracaso de la mayoría de los pueblos es el capitalismo y sus mecanismos de acumulación. La frase “El terrorismo o la derecha mundial/ Y menos al asesino Fondo Monetario Internacional/ Suburbio, dentro de mi mente fuera de la explotación”, nos permite descifrar los instrumentos e instituciones, mediante los cuales el poder real que detentan ciertos hombres, engendran la sumisión del resto de la humanidad. Dicho de otro modo, las acciones que ejecutan las potencias mundiales a nuestros pueblos de la periferia, los “suburbios”, situación a la cual invita Malicia a la reflexión.

 

La placa continua con “Tras la Celda”, excelente paradoja de la injustica que motoriza la justicia, como aquella corporación de los Estados Burgueses que posibilite los privilegios de minorías. La letra del tema referencia una serie de actores pertenecientes al poder real, el local, el doméstico de las comunidades, que ostentan “prerrogativas de sangre”, atributo antagónico a cualquier valor de justicia, sin importar el sistema jurídico y/o ético que trate. El tercer tema es homónimo al titulo de la placa, motivo por el cual nos indica la exegesis que el mismo buscó en su conjunto. Así, se infiere una idea de humanidad caracterizada por la agresividad, ese instinto irracional de atacar abrasivamente. Empero, la agresividad que narra Malicia tiene cuerpo y se vincula con el horror surgido luego del colapso del modelo neoliberal que estalla en las jornadas de diciembre de 2001: “La mentira aliansista no se pudo sostener/ el accionismo no lo veo donde está/ Adornados por los nuevos capos/No olvidemos a los que mataron (…) La única voz, la palabra del pueblo/ Que despertó agresivo, revolucionario”, letra que en su conjunto se manifiesta contundente y nos recuerda la crudeza heredada del mejor Hermética.

 

En “Criando Cerdos” se apela a un conceptualismo comparatista entre el accionar de los seres humanos como sujetos colectivos y el modo de producción capitalista, específicamente, relacionado a los criaderos de cerdos. De forma gráfica se denuncia la criminalidad de los individuos en el trato con sus pares, pero, sobre todo, en la dinámica del sistema capitalista, cuya dinámica institucionalizada permite la construcción de un ecosistema similar a los sangrientos mataderos de animales, desde ya, en la paradoja que son destinados a satisfacer la economía de mercado, donde la figura del cerdo (el poder en sentido abstracto) es devorador, incluso, al límite del canibalismo. Sin embargo, Malicia vuelve a ponerle nombre a la figura del cerdo: el imperialismo. La siguiente frase lo resume: “El futuro se está yendo, se cansó/ Antes del imperialismo sonriendo esperaba/ Ya tienen la fórmula para la resurrección/ Ocultando por el negocio mortal.

 

El tema sexto, titulado “Perdiendo Identidad”, cambia la óptica de la línea discursiva, aunque mantiene esa fuerte percepción de búsqueda de elementos de conciencia que alimenten la cohesión de las personas. En este caso, Malicia no reniega su procedencia capitalina y, acertadamente, hace un contraste entre los estereotipos acerca de los “porteño” y la necesidad de preservar una identidad propia que parecería, según el diagnóstico, estar perdiendo la batalla por el sentimiento nacional, es decir, la idea de pueblo.

 

Hablar del significado del Ser es complejo, más aún si se lo intenta definir desde el plano filosófico/ontológico. No obstante, el tema “Ser Humano” deja en claro que alude al Ser en el sentido de la esencia de las cosas, el valor ontológico existencial que se detecta en la realidad de los hechos. De este modo, la letra representa un catálogo de atributos en su faz negativa, mediante los cuales podemos identificar aspectos de la condición humana. El tema recuerda mucho al tema “Otro Día para Ser” de Hermética. El balance de Malicia, según la codificación que podemos hacer en la matriz de pensamiento de “Agresivo”, redunda en la miserabilidad del Ser (in) Humano.

 

Seguimos con “Detrás del Universo”, un tema que inspira la toma de conciencia, una vez más, respecto a la importancia de preservar el universo, es decir, la humanidad. El mensaje se infiere en tono de denuncia y hartazgo, con particular referencia a la soberbia del ser humano de querer dominar todo a su paso, incluso, lo indescifrable, el detrás del universo, espacia que Malicia concibe como el último refugio a la barbarie colectiva que se vive en la tierra.

 

En “Impenetrables” tenemos un homenaje a las comunidades nativas de la región conocida como “Chaco Impenetrable”, constituida en gran parte por la provincia homónima y algunas zonas de Formosa, Santiago del Estero y Salta. A decir verdad, es una auténtica toma de postura frente al relato de la hispanidad “Occidental, cristiana y blanca” que pone en valor el multiculturalismo de América del Sur en su conjunto. Vale destacar el reconocimiento a las cosmovisiones espirituales de los pueblos aborígenes (el Dios Sol) y los valores culturales de las diferentes expresiones del arte en la formación cultural de los pueblos, ambos como atributos de cohesión en una sólo idea de pueblo que insinúa sea la Argentina.

 

El décimo tema es “Trampa” y nos muestra en el imaginario los significantes de un sujeto abstracto que se le atribuyen factores de individualismo, sinónimo de los modelos meritocráticos de relaciones sociales, aquellos que bajo el fetiche del “principio de oportunidad”, esconden la desigualdad social. Es decir, es una perfecta descripción de un sujeto destinado al engaño, la trampa, que no es otra cosa que la traición.

 

La “Incansable Búsqueda”, título elocuente que aluden sin vueltas a la felicidad, objetivo final a perseguir por las personas. La letra hace un nutrido recorrido por varios aspectos de la realidad social que conspiran contra dicha felicidad, por ejemplo, religión, hábitos perniciosos o manipulación mediática. La contracara que facilita el entendimiento del mensaje es la depresión, el efecto inevitable de no arribar a la felicidad, situación crítica en el contexto de vida consumista que te empuja el sistema capitalista. Ahora bien, la felicidad también está definida en el tema, no como un elemento del egoísmo individualista, sino como medio de reproducción colectiva, valoración que se descubre al descifrar los escollos que evitan arribar a la felicidad buscada.

 

Llegamos al final de “Agresivo” y el tema del cierre es “… Del Placer”, tema que retoma la idea de felicidad, ahora, resignificada en el concepto del “placer”. La frase final nos simplifica una muy precisa síntesis de los anticuerpos que se resisten al mundo agresivo que gráficamente Malicia a lo largo de todo el disco: “Creo yo que la vida no se repite más/ Por eso nunca dejo voz en mi mente/ Si toda la costumbre cansa entristeciendo/ Buscando el placer desde el nacimiento, nacimiento, ¡¡¡nacimiento!!!”.

 

En resumen, “Agresivo”, el tercer disco de estudio de Malicia, de claros matices del mejor thrash metal de todos los tiempos, es medular para entender el mundo actual, el cual no dista en absoluto de la realidad de su tiempo de creación, menos aún, de aquella Argentina post menemato y rebelión de diciembre de 2001. La valoración notable que le otorgamos a las letras no es antojadiza, sino que obedece a la importancia que siempre tuvo el mensaje dentro de la estructura musical desde los comienzos de la gran mayoría de bandas de heavy metal argentino. Malicia en “Agresivo” recoge el legado heredado y lo profundiza con evidente evolución profesional en todas las líneas de la faz compositiva, contextualizándolo en su tiempo y espacio. El catalizador que encontró para ello fue el concepto de agresión, atributo que se deja observar en los signos evidentes de hartazgo que describen sus letras, que no era otra cosa que la realidad de gran parte de la sociedad argentina, entre ellos, los jóvenes, espectro social de decidida participación en las etapas previas. En ese hartazgo se inscriben particularmente las nuevas generaciones de metaleros que irrumpían en la escena a fines de la década del 90’, además de impulsados por la inevitable renovación desde el plano etario, sino en el compromiso de seguir levantando las mencionadas banderas históricas, lugar donde Malicia, con su “Agresivo”, ocuparía un puesto de lucha indiscutible.

 

Escritura Metalera: Ariel Panzini (autor de los libro "Heavy Metal Argentino, la clase del pueblo que no se rindió (2018) y "Guerra, Justicia y Heavy Metal, apuntes sobre la historia social del heavy metal (2021), entre varios artículos publicados en la colección "Cultura Metálica", en el marco de la Feria del Libro Heavy Metal.

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